¿Y de dónde saco el tiempo!?

photo by pablosanz

Está claro que lo tengo todo para no hacer ejercicio: persona sedentaria, con un horario laboral que te hace llegar a casa relativamente tarde, padre de familia. ¿De dónde sacar el tiempo?

Esta es la parte más complicada ya que, si de alguna manera no consigues establecerte una rutina para hacer ejercicio, es muy probable que lo acabes abandonando.

Cuando veo, leo o escucho en algún reportaje acerca de las excusas de las personas para no hacer ejercicio la principal es la de: "no tengo tiempo". Bajo mi punto de vista eso no es ninguna excusa.  Realmente es muy complicado y sacrificado sacar tiempo para realizar running o cualquier otro deporte.

¿Cuánto tiempo necesito?

Hay que tener en cuenta, que al principio, la duración del entrenamiento será de unos quince o veinte minutos. Pero a medida que vamos progresando las prácticas requerirán de más tiempo. Eso sin contar el tiempo invertido en prepararnos (ropa, música, pulsómetro en caso de utilizarlo), realizar el calentamiento, estiramientos finales y la gratificante ducha.

En definitiva, para un deportista amateur como yo, una práctica con todo lo que comporta se requerirá unos cincuenta minutos y una hora y media.

¿Cómo me planifico?

Aquí entramos en el terreno más duro: el sacrificio.

¿Estamos dispuestos a sacrificar parte de nuestro tiempo limitado para practicar el running? Esta es la pregunta que nos tenemos que plantear. 

Pero, ¿cómo responderla? Sinceramente, antes de establecer un horario, yo recomendaría realizar una práctica, probar el deporte, sea running o cualquier otro y posteriormente intentar practicarlo con más asiduidad. Si realmente nos motiva y nos gusta, encontraremos tiempo para realizar dicha actividad regularmente, ya sean dos o tres veces por semana.

Si por el contrario, no nos atrae el deporte en cuestión y lo convertimos en una obligación, el sacrificio a realizar será enorme por nuestra parte y será una ardua tarea con pocas probabilidades de éxito. Aunque ya se sabe, si se tiene fuerza de voluntad, todo es posible!

En mi caso particular, he establecido mi horario temprano, antes de ir a trabajar, por lo que he renunciado a una hora,  hora y media de sueño para practicar este deporte. Este horario no penaliza mis obligaciones como padre ni a mis otros quehaceres. Eso sí, no es fácil levantarse un poco antes (es lo que tiene la pereza) pero para mí queda totalmente compensado con la satisfacción personal de la realización del ejercicio.

Os animo a todos a compartir vuestras experiencias y vuestras dificultades para estableceros un horario.

Próximamente postearé acerca de posibles motivaciones para hacer este deporte más ameno.